El concepto de igualdad de oportunidades es consustancial a la idea de justicia social, que propugna que un sistema es socialmente justo cuando todas las personas tienen las mismas posibilidades de acceder al bienestar social y poseen los mismos derechos. La igualdad de oportunidades atañe a otros colectivos además del conformado por las personas con discapacidad. Y supone concienciar a los poderes públicos y a la sociedad en general, de la importante necesidad que existe de contar con una programación que nos asegure la efectiva aplicación de acciones políticas que preserven los derechos de todas las personas. Esta toma de conciencia, ha supuesto el incremento en la adopción de medidas y en aportación de los recursos necesarios, por parte de todas las administraciones, lo mismo que de instituciones públicas y privadas.

Un principio, éste de la igualdad, que se interpreta como ausencia de toda discriminación, directa o indirecta, por cualquier razón, bien sea de sexo, origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad, orientación sexual, identidad de género o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Pero el compromiso va más allá, porque la propia Constitución establece que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que éste se integra, sean reales y efectivas. Para ello, deberán: remover y eliminar los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar su participación en la vida política, cultural y social. Es decir, por un lado debe eliminar todas aquellas barreras tantos físicas, sociales y jurídicas que supongan un menoscabo de los derechos inherentes a las personas y, por otro lado, se exige la adopción de medidas encaminadas a garantizar la plenitud de derechos en condiciones de igualdad.

Entre estas medidas de igualdad cabe destacar las de acción positiva, dirigidas a aquellos colectivos que, por determinadas circunstancias tienen una situación más desfavorable que el resto, necesitan una atención especial de los poderes públicos, eliminando cualquier tipo de discriminación y poniendo en marcha acciones correctoras o compensatorias.

No obstante, si bien el Estado debe ser garante de la igualdad de oportunidades, también las administraciones autonómicas y locales tienen que garantizar condiciones y medidas dirigidas a promover y facilitar la integración de las personas, favorecer la autonomía personal, así como paliar con ayudas económicas tanto situaciones concretas como prolongadas. Y esta responsabilidad, aunque en distinta medida, afecta a la sociedad que debe participar en todas aquellas acciones favorecedoras de la inclusión y el desarrollo personal desde el modelo social. Para ello es previo y necesario visualizar las situaciones y colectivos afectados por alguna discriminación y/o desigualdad y proponer medidas dirigidas a su corrección. En este contexto y con este propósito, se propone la creación, en la sede del Centro Asociado de la UNED en Cantabria, del Observatorio de la Igualdad de Oportunidades.

Porque la UNED, es “una universidad especialmente abierta a las demandas sociales y muy ligada a la realidad del entorno, satisfaciendo demandas culturales y sociales». De este modo, asume una «responsabilidad social» que nos mueve a crear el OBSERVATORIO, precisamente para dar cumplida satisfacción a esa misión de compromiso que, con una visión integradora de la sociedad, nos lleva a asumir los valores de compromiso y responsabilidad social que estatutariamente la definen.

La sociedad, en cada momento vive una serie de problemas concretos. Cada uno, sus problemas. Actualmente, son numerosas las Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) que encaran con solvencia y eficacia la problemática que afecta a los distintos colectivos que padecen situaciones de discriminación social. Pero ofrecen soluciones de carácter inmediato, ya que cada una en su contexto, afronta con eficacia la satisfacción de necesidades específicas. Entendemos que para contribuir a la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES, es necesario dar un paso más, avanzar e ir por delante de las necesidades, adelantarse a cualquier realidad discriminatoria y abordar las necesidades con una perspectiva más global, ofreciendo soluciones que, a largo plazo, aporten la esperanza de su erradicación o cuanto menos, de una integración normalizadora en el contexto de la vida social.